La impotencia es ahora parte de mi vida. Impotencia por no poder decir las cosas. Impotencia por temer a decir las cosas y ser callada. Mi mente es como un cantaro, que día con día se llena de palabras que se niegan a ser pronunciadas. Y como todos ellos, con el tiempo, o se desbordan o se rompen al no soportar más peso. Así se encuentra mi mente ahora: a punto de estallar.
Sé que ese día quiza no me exprese de la manera mas prudente y conveniente, pero intentaré hacer un esfuerzo por no herir los oidos de aquellas personas sensibles que prefieren no escuchar e ignorar las cosas. Será duro, y posiblemente feo, muy feo.
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