Tu tienes la fuerza y yo tengo las palabras. Dices no controlarte y yo digo que nadie me va a silenciar. Tu puedes agredirme sin piedad hasta la muerte. Y yo puedo hablar hasta que mi voz se quiebre. Tus golpes con el tiempo sanan y se olvidan. Mis palabras puedo plasmarlas en papel y traducirlas a mil idiomas alrededor del mundo, y lo mejor de todo es que siempre permaneceran en tu memoria, y los demas hablarán de ellas aun después de mi partida.
Sincero y directo.
ResponderEliminarMuy buen estilo.
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